| Vuelta a la individualidad (divorcio/separación)

En los tiempos que corren, ya no nos extraña cuando recibimos noticias sobre la separación de una u otra pareja. No importa si había sido una unión civil, religiosa o como pareja de hecho. Lo cierto es que las separaciones son una realidad cada vez más común: con los años, muchas uniones de pareja acaban en ruptura. El dolor, la desconfianza, los celos, los rencores y el enfado hacia la otra persona parecen entonces inevitables. En cualquier ruptura, hay un duelo necesario. Se desvanecen ilusiones, expectativas y deseos de continuar juntos por aquel camino que había sido trazado. Sin embargo, algunas parejas se separan de forma amistosa, celebrando lo mejor del tiempo compartido y asumiendo racionalmente las circunstancias que han llevado a la separación.

La ceremonia de Vuelta a la Individualidad se centra en la aceptación de la separación como la mejor opción para la pareja y escenifica la ruptura del compromiso. Esta situación supone el regreso a una situación similar a la que teníamos antes de vivir en pareja, aunque ahora, tenemos tras la espalda también la experiencia de haber formado parte de una unidad. La ceremonia puede realizarse con uno u otro miembro de la pareja o, idealmente, si la separación ha sido amistosa, con ambos simultáneamente. Sea como sea, el respeto por el momento controvertido que atraviesan las personas que se separan es una de las máximas de la celebración. De este modo, según el deseo de las personas que se separan, la ceremonia podrá ser más o menos lúdica, alegre o recatada, festiva o más comedida. Además, puede ser un buen momento para compartir y sentir que la unión ha terminado, con todo lo que ello conlleva: constatamos lo que cada uno pierde y gana al cerrar una etapa de su vida para comenzar otra nueva.

En una ceremonia de Vuelta a la Individualidad (divorcio o separación), los cinco elementos quedarán representados de la siguiente forma: tierra (peras, 1 planta de temporada, libros, CD’s), agua (frasca), fuego (velón), aire (gasa) y éter (unión de manos).

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“Me sentí realmente cómoda cuando vi, que mis amigos también estaban disfrutando, así se acrecentaba el acercamiento entre todos.”